- On 18 junio, 2016
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8 Lugares de Leyenda en Tenerife
1. Barranco de Badajoz.
Foto: @Karmalunna
Conocido por sus misteriosas historias, desde extraños seres que pueblan las galerias existentes en el barranco, hasta leyendas de nazis y templarios. A continuación relatamos alguna de estas leyendas:
-Seres blancos: En el año 1912, dos mineros trabajaban en la galería de Izaña (la más adentrada en el barranco), cuando la pared de la galería en la que estaban trabajando se les derrumbó, tras el derrumbe pudieron observar a tres seres completamente blancos que comenzaron a acercarse a ellos.
-Niña de las peras: Este hecho ocurrió entre 1890 y 1910. Unos padres enviaron a su hija al Barranco en busca de fruta pero la niña desapareció. Pese a que se rastreó la zona la niña no apareció. Al menos no en aquellos años. La niña regresó a su casa varias décadas más tarde, sin embargo para ella apenas habían pasado unas horas y cuando lo hizo seguía manteniendo el mismo aspecto que tenía el día en que desapareció. La niña contó que se quedó dormida al pie de un peral donde más tarde fue despertada por un ser muy alto vestido de blanco. Este ser no le inspiró ningún miedo por lo que accedió sin reparos a la invitación que éste le hizo de que lo acompañara. La niña siguió al Ser hasta el interior de una cueva en la que había unas escaleras por las que descendieron. Al finalizar el descenso habían más seres como el que la había guiado hasta allí, todos vestidos de blanco.
2. Roque Anambro.
Foto: @negrarin
Desde este roque desde donde Beneharo, Mencey de Anaga, se tiró al vacío después de huir de los conquistadores. Cuenta la leyenda que se subió a lo alto del Roque Anambro y antes de saltar, Beneharo se cuestionó si era mejor rendirse o tirarse. Decidió morir en libertad y tras gritar «¡Guañoth Achamán!» («¡Ayúdame Dios mío! «), se lanzó al vacío. Se dice que cayó sobre un árbol el acebiño, impregnándolo de sangre. Cuentan que por eso el acebiño tiene los frutos rojos, debido a la sangre que derramó Beneharo.
3. Roque de los Dos Hermanos
Foto: @mascusclaessen
Dos hermanos guanches que se amaban en secreto se lanzaron desde lo más alto del mismo para acabar con sus vidas en el agua, debido a la imposibilidad de su amor. Cuentan que debido a la tristeza, el roque se partió en dos, dejando como testigo de ese acto dos roques en uno, como un recuerdo imborrable de una relación que no pudo acabar de la mejor manera.
4. El Bailadero de las brujas de Anaga.
Se dice que en este lugar las brujas bailaban en torno a una hoguera, de ahí el nombre de la zona «El Bailadero». Tras sus aquelarres se decía que estas brujas bajaban a la costa para bañarse desnudas. Con el paso del tiempo, la influencia de las historias de vampiros del Este de Europa llevó a que el mito de las brujas canarias incorporara el aspecto del chupado de sangre, convirtiéndolas así en brujas-vampiro, que succionaban la sangre de los recién nacidos mientras dormitaban en sus cunas.
5. Cueva del Agua (Cueva de los Remordimientos del Pirata).
Foto: piratasdetenerife.blogspot.com
Cuenta una leyenda, recogida por Dulce María Loynaz en su libro Un verano en Tenerife, que en una de sus acciones abordó con su barco “El Invencible” al bergantín “Audaz” que navegaba desde La Habana hacia Nueva York, acuchillando en la lucha a los pasajeros y a la tripulación de una forma cruenta. Al tratar de hundir este bergantín halló escondidos a un niño pequeño y a su madre que se llamaba Milagros, a los que en un arrebato de cólera arrojó por la borda del barco a un mar embravecido. El viento trajo a sus oídos la débil súplica de aquel inocente que decía «Upa mamá…. upa mamá», súplica que oiría el resto de sus días.
Arrepentido de sus atrocidades regresó al valle que le vio nacer, pero cada vez que iba a la Cueva del Agua a abastecerse, retumbaba entre las paredes la súplica del niño («Upa, mamá… upa, mamá») mientras se reflejaba en el espejo del manantial, además de la fealdad de su rostro, la de un alma ennegrecida por sus fechorías. Estos remordimientos hicieron que enloqueciera hasta tal punto que trató de atacar con un cuchillo a una pandilla de muchachos que se burlaban de él, por lo que fue detenido y encarcelado por la justicia en el Castillo de Paso Alto.
En el juicio de sus delitos sirvió para firmar su sentencia de muerte la declaración de la madre del niño (Milagros), que por azar fue rescatada de las aguas por el velero italiano Centauro, y relató los hechos ocurridos en el bergantín Audaz.
Su sentencia se cumplió junto al Castillo Negro del barrio del Cabo. Allí, con su pañuelo rojo ceñido en la cabeza y la mirada arrogante, no dejó de decir una y otra vez hasta que fue fusilado lo que el eco de la cueva repetía sin cesar en su cabeza desquiciada: «Upa mamá…. upa mamá».
A partir de este acontecimiento, la Cueva del Agua o del Balayo fue conocida por muchas personas como la Cueva de los Remordimientos.
Texto: piratasdetenerife.blogspot.com
6. El Rayo.
Foto: @isaachernandezafonso
A la sombra de uno de esos extravagantes faros que pueblan la isla, se encuentra una curiosa formación geológica en forma de cráter ,que en su extremo más cercano a la costa se une al mar, del que cuentan los buenavisteros que fue creado a causa del impacto de un rayo. Aunque se ve claramente que la formación de este fenómeno se debe a la erosión.
7. Barranco del «Bicho».
En el año 1971, en Los Realejos, en el barranco Godínez, a la altura de San Vicente, comenzaron a producirse fenómenos “extraños”, acompañados de ruidos inquietantes, en una cueva del lugar, a donde se accedía desde la carretera, junto a unas huertas. Se barajaron las hipótesis más dispares. Desde que era un bufido que llegaba del mar; que se trataba de un tubo que traía directamente desde La Palma los rebumbios del volcán Teneguía; que era un bicho desconocido… Algunos llegaron a acceder hasta la entrada de la cueva, e introdujeron ramas secas a las que prendieron fuego. Todo sin éxito. La concurrencia de vecinos y muchos foráneos iba en aumento, atraidos unos por el “efecto científico”, y los más por el tenderete que el agrupamiento de curiosos suscitaba. Un ventucho cercano, que, oportunamente fue conocido como “la tasca del bicho”, hizo su pequeño o gran agosto, por el incremento de las consumiciones de los visitantes. Hasta las murgas carnavaleras incorporaron el asunto a sus irónicas letrillas, aludiendo a que la visita a aquel “bicho” había producido algún que otro “bichito” algunos meses después, a raíz de la sugerencia de las sombras en las inmediaciones del punto de reunión. Unos meses más tarde se desveló el enigma, y fue paseada por el pueblo la pareja de noctámbulas lechuzas que eran las causantes de producir aquellos ruidos, en sus naturales prácticas de celo y apareamiento en la cueva que escogieron como tranquila mansión de amor, hasta que llegó la marabunta y la confusión, que tanto dio que hablar.
Fuente: Ayuntamiento de Los Realejos
8. Casa del Pirata Amaro Pargo.
Foto: @yosegon
En esta casa, hoy en ruinas, vivió el corsario Amaro Pargo, observando el paisaje sentado en los restos de la vivienda se entiende por qué eligió este lugar para vivir. Desde aquí se ve el mar con un ángulo perfecto para controlar todo barco que navegue entre Gran Canaria y Tenerife. La vivienda cuenta con varias estancias, distribuidas en torno a un patio central, donde aún se distinguen restos de lo que fue la cocina ( lo que en su día fue un horno), también se observa que en uno de los laterales la casa contaba con dos alturas y en la entrada de la casa hay una era.